Hablar de genealogía es siempre cuestionar esa noción del devenir que liga, desde dentro, el cuerpo propio y la historia individual o colectiva. El presente estudio intenta comprender cómo Antonin Artaud cuestionó la identidad del cuerpo en función de un orden genealógico. Su obra, desde los primeros textos surrealistas hasta los últimos cuadernos de Rodez, cuestiona no solo la identidad cultural de nuestro cuerpo occidental, alienado, internado, sometido a la autoridad del poder, sino que sobre todo se embarca en el inmenso trabajo de una “refacción del cuerpo” para dar con eso que Artaud llama un “cuerpo sin órgano”. Ese trabajo traza apuestas tanto políticas (otra idea del cuerpo colectivo) como literarias (otra idea de la lengua, ligada siempre a los imperativos de la comunicación y del sentido). Pero es también la cuestión de la autobiografía la que se plantea. ¿Cómo hablar de sí mismo, de su vida, cómo desarrollar una “escritura de sí” cuando ha volado en pedazos esa idea orgánica de cuerpo sobre la que están fundadas todas las ideas identitarias de nuestra sociedad?