El libro que el lector tiene en sus manos no pretende ser un manual jurídico de historia de la criminología criolla, pues no abunda en referencias biográficas ni se detiene a describir las ideas centrales de las obras publicadas. Más bien busca complementar la información entregada por algunos textos jurídicos, pero problematizando no tan solo el origen y la trayectoria de esta disciplina en Chile, sino igualmente el de una actitud de exclusión-discriminación social que se encuentra detrás de ella y que es posible identificar desde el periodo colonial. El planteamiento central que guía este trabajo es que la asociación establecida entre la pobreza, el desorden y la degeneración moral constituyó una construcción discursiva y social que se desplegó y consolidó con más fuerza desde mediados del siglo xix, aunque tuvo antecedentes, y que, hacia finales de ese siglo, permaneció estando activa a pesar de la emergencia de nuevos agentes reformadores (criminólogos positivistas) y de dispositivos científicos modernos (antropometría, bertillonage, dactiloscopía, laboratorios de identificación, etc.). Dicho escenario encontró proyección hasta bastante avanzado el siglo XX.