Francisco es el pingüino más famoso del polo sur, porque al decir su nombre tartamudea, y dice «Fra... Fran... cisco» y todos se ríen de él. Un día su amigo Manuel tiene una gran idea: entregarle un enorme y peludo abrigo. Desde entonces nunca más tuvo frío, dejó de tartamudear y logró decir su nombre de una vez: ¡Francisco!.