Escribir una biografía de Jorge Díaz era absolutamente necesario. Hacerlo con la técnica de investigación universitaria e iluminarla con la perspectiva de una entrañable y larga amistad es algo que solo podía hacer Eduardo Guerrero.
En Chile comenzó su conocimiento y administración por la obra de Díaz. En España, a través de sus conversaciones, pudo ir descubriendo motivaciones subyacentes. Quizás entre silencios pudo llegar a conocer lo que pensaba mientras estudiaba arquitectura, y cómo fue introduciéndose por el misterioso mundo que se vislumbra a través de las puertas del Teatro de Ensayo, en la Casa Central de la Universidad Católica.
Jorge Díaz fue un pez entre dos aguas, Chile y España, dos orillas en tiempos políticos muy controversiales. Eduardo Guerrero reconstruye esa compleja polaridad, que tiene múltiples aristas y que se proyecta en sus obras.
Dos secciones abren el apetito para que uno vaya a las fuentes, la de las obras infantiles y la de las “breverdades”, En las infantiles se palpa mejor la poesía que impregna siempre las obras de Díaz. En las “breverdades” se sintetiza su ingenio, su sabiduría y humor.
Su profunda comprensión sobre lo que es el teatro, su manejo de los mecanismos escénicos, su sabiduría y su extraordinario manejo del idioma, convierten a Jorge Díaz en uno de nuestros orgullos nacionales y lo colocará entre nuestros clásicos. La biografía que hace Eduardo Guerrero es un trabajo indispensable hecho con la mejor información e iluminado por la comprensión que da una real amistad.
