“… este libro muestra el valor (de las portadas) de su rol cultural, visual, su vocación estética, el papel social que cumplieron en los proyectos editoriales, en los individuos y comunidades que los produjeron y consumieron. Las portadas de libros parten del estudio del diseñador, pasan por el taller de imprenta y salen al mundo de la cultura visual, relacionan así problemáticas vinculadas al arte y al diseño, a la política y a la sociedad. Forman parte de la vida cotidiana del pasado, y de las experiencias visuales y culturales frecuentadas por las grandes mayorías. Nos permite además entender problemas del proceso y los contextos de industrialización de la cultura gráfica, y de los diversos matices de esos procesos, la convivencia de lo mecánico y lo manual, el arte y la industria, y así también habilita el rescate de la labor de actores olvidados, sus saberes y sus prácticas técnicas y visuales.”