Poco antes de la explosión del antipoema a que darán lugar los Artefactos de 1972, Obra gruesa compendia la que, con alguna ironía, cabría considerar como la etapa heroica de la antipoesía, reuniendo textos destilados a lo largo de dos décadas – las que van de1950 a 1968- y ofreciendo un admirable repertorio de la multiplicidad de registros que Nicanor Parra fue capaz de pulsar en su aventurado y exitoso empeño por convulsionar la poesía del siglo XX.
Ignacio Echevarría
Leí por primera vez a Parra en La Plata, cuando era estudiante, en 1962 o 1963. Todavía me acuerdo de la tarde en que compré Versos del salón, en la vieja librería Palumbo de la calle 6. Todavía veo el libro en la vidriera, la edición de Nascimiento. Me senté a leerlo en el bar Pérsico, frente al correo, y cuando me levanté era de noche y yo era otro.