“La muerte, el final definitivo, planea constantemente sobre estos Últimos Poemas, en los que introduce un tañido lúgubre. A pesar de que nada, cuando los escribió, invitaba a pensar que la muerte iba a llevarse tan pronto a Huidobro, resulta imposible leer estos Últimos Poemas sin sentir su insistente acecho. Pero el indicio inequívoco de que la muerte se ha adueñado del ánimo del poeta es esa renuncia por adelantado a “recuperar el cielo”, la amargura con que la que afirma reírse de su propio sueño, aun cuando siga suspirando “poemas temblorosos” y convenciéndose de “alguna esperanza”.Ignacio Echevarría